UNA CANCION
Los rodillos de acero brillante
y la cinta
azul se han coloreado
en
opaco rojo esta tarde.
La sangre mezclada con grasa de los engranajes
se
coagulaba ràpidamente.
En el suelo, pedazos de hombre, y en el aire
un grito
bailando a ritmo de las cadencias de trabajo
ahogado,
dolorido, escondido.
Este es un buen tema para intentar
escribir
una canción, pero…
Un niño cayó de un tercero, tercera hora
moreno él, gitano vagabundo de barrio húmedo,
enfermizo él, cuentas de hueso en la piel escritas.
Las instrucciones precisas fueron esculpidas cuidadosamente
en
una pantalla de cristal.
Blanco y negro para el gitano
color en barrio alto para ensuciar una canción.
Yo lo siento, chica, si estás cansada
y
nada te importa
ni esto, ni lo otro, ni lo de más allá
con tu sobredosis de algodón llenándote las respingosas
narices
desnuda
bajo tu mortaja blanca
y
un ramillete de siemprevivas
anaranjadas coronándote los senos.
Puesto que no me escuchas te diré que la canción
era
bastante inútil
y quizás asesine mi guitarra vistiéndola con la camisa de
fuerza dorada
que guardo solo para las grandes ocasiones.
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